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El propósito en la vida (Dharma)

Publicado por Sabio Martillero lunes, 17 de mayo de 2010

Hace poco hablé sobre la ley del Dharma o propósito en la vida dentro de la serie de artículos sobre leyes espirituales del yoga del libro de Deepak Chopra.
Esta ley hacía referencia al hecho de que todos tenemos un propósito en la vida, es decir, hay algo que podemos hacer que puede servir a algo o alguien.
Esta es una sensación que llevo teniendo desde hace años y es que realmente creo que todos tenemos, no solo una habilidad especial, si no una mayor capacidad en algún área de nuestra vida independientemente de que sea física o intelectual.
Quién sabe si los grandes iluminados no son más que personas que encontraron el "qué" y el "como" de su Dharma, o si lo hicieron y su Dharma era en sí mismo llegar a la iluminación o marcar el camino para que los demás lo pudiéramos seguir. De hecho creo firmemente que esos deportistas que vemos superiores a los demás realmente son personas que han encontrado la actividad que mejor se les da en la vida y eso asociado a una mentalidad firme y, seguramente una capacidad un poco mayor que la de otros bien sea mental bien sea física, les hace estar por encima de todos. Y lo mismo pasa con los científicos, y cualquier otra persona destacada en una actividad.
En cualquier caso para todos parece ser que, según dicen los pensadores del yoga, este es un paso para llegar al Samadhi y lo que es seguro es que esos iluminados a los que me refería lo recorrieron, es decir, encontraron su propósito en la vida.
Sin embargo, como expondré en futuros artículos sobre las leyes espirituales y los pasos de la práctica del yoga, ni la búsqueda ni el encuentro del Dharma nos debe preocupar, ni podemos permitir que una posible sensación de frustración por la falta del mismo nos aparte de alcanzarlo.
Caso que lo hayamos alcanzado ya y simplemente no seamos conscientes de ello, caso que el Dharma esté por llegar, se trata de un proceso natural que ocurrirá cuando sea el momento y lo mejor que podemos hacer es cultivar nuestra intención de alcanzarlo poniendo los medios necesarios y abriendo nuestra mente pero sin que el resultado nos preocupe en absoluto. Cualquier otro comportamiento tan solo nos servirá para apartarnos aún más del Dharma y/o para mantener nuestra visión nublada si es que acaso lo hayamos logrado.
Lo mejor que podemos hacer por tanto es meditar y ofrecer al mundo lo mejor de nosotros mismos cada día tomando aquello que hagamos con la mayor de las sinceridades y entrega, lo que no significa que ese trabajo o esa actividad sea la prioridad, pero sí significa que, puestos a hacer, hagamos todo lo posible sin permitir que nos frenen ni juicios ni ideas preconcebidas. Eliminar, quiero decir, esos pensamientos de "yo no puedo", "es que a mi edad", y un largo etcétera de pensamientos que, incluso inconscientemente, nos limitan.
Un ejemplo claro es cuando vemos que alguien hace una asana y nos da esa especie de risilla interior entre la emoción de ver lo bella que es y el miedo de pensar lo difícil que nos parece. En ese momento, de lo que se trata es de hacer la asana sin pensar en nada más que en el momento y en sentir cada movimiento escuchando lo que dice mi cuerpo de hasta donde llegar. En ese momento, ese es nuestro propósito en la vida.
Cada vez que hacemos algo, y aún más yoga, podemos apreciar como la vida nos da una lección de la que podemos aprender y en cada clase de yoga podemos ver como, extrapolando el Dharma de una asana, tenemos el paradigma a escala del propio Dharma de nuestro Ser.

Namaste